Tema
Concientizar a
los educadores sobre los distintos trastornos de comunicación que presentan los niños en el aula.
Problema
¿Cómo
concientizar a los educadores sobre los distintos trastornos de comunicación
que presentan los niños en el aula?
Objetivos
Objetivo
General
Concientizar a los educadores sobre los distintos
trastornos de comunicación que presentan los niños en el aula.
Objetivos
Específicos
- Definir el concepto de trastorno de comunicación.
- Explicar los diferentes tipos de trastornos de comunicación en niños tales como: articulación, mutismo, tartamudeo y problemas de la voz.
- Enumerar las principales terapias para los trastornos de comunicación.
MARCO DE REFERENCIA
El marco de
referencia se basará en conocer más a fondo los trastornos de comunicación como
la articulación, mutismo, tartamudeo y problemas de la voz. Antes de describir
a profundidad sobre los trastornos anteriores, es necesario hacer una revisión
sobre lo que es un trastorno de comunicación.
“En
el niño el proceso de adquisición del lenguaje pasa por diferentes fases
progresivas con características especificas porque su desarrollo depende de la
maduración neurológica, de la estimulación externa que tenga y de las
experiencias que realice” (Fernández y Peñafiel, 2001, p.152)
Desarrollo del lenguaje en la edad
de Educación Infantil
La edad de educación infantil transcurre
entre los 0 y 6 años de edad. Coincide con el periodo de adquisición del
lenguaje. Desde las primeras conductas comunicativas, avanzan en paralelo la
consolidación del lenguaje infantil y la aparición de las primeras formas de
lenguaje adulto. Primero en el seno de la familia y, desde muy pronto también,
en los centros de educación infantil, el niño va realizando el aprendizaje de
la comunicación lingüística (Fernández y Peñafiel, 2001, p.152)
Fernández
y Peñafiel, (2001) afirman que,
en general, el lenguaje aparece en los
niños con marcos cronológicos muy similares, de manera que se pueden establecer
etapas lingüísticas de secuencia constante, aunque el ritmo de progresión pueda
variar de un niño a otro. Las diferencias en los ritmos se deben a que la
adquisición del lenguaje no es un hecho que dependa únicamente de factores
madurativos, sino también de una relación adecuada del niño con su ambiente
(pp. 152-153)
“Hasta
los seis años de edad podemos distinguir dos fases de adquisición: la fase pre
lingüística (que culmina con la capacidad de emitir palabras) y la fase
lingüística” (Fernández y Peñafiel, 2001, p.153)
Fase pre lingüística
Esta fase se extiende desde las primeras
manifestaciones comunicativas del recién nacido hasta el momento en que
adquiere la capacidad para producir las primeras palabras convencionales, sobre
los dieciocho meses de edad. Durante este tiempo el niño posee bastantes más
recursos comprensivos que expresivos. Estos recursos comprensivos se van
ampliando a medida que el niño alcanza una mayor competencia discriminativa. En
esto juegan un papel importante los estímulos ambientales (Fernández y Peñafiel,
2001, p.153)
Fernández
y Peñafiel, (2001) expresan que
respecto a la producción del lenguaje,
en esta fase pre lingüística, se puede discutir incluso la intencionalidad
comunicativa de las primeras manifestaciones del niño. Son producciones de
origen puramente motor las que originan las primeras expresiones. Esta
expresión es la que permitirá generar una conducta comunicativa. La
comunicación dará paso a la palabra y al lenguaje (p. 153)
“Hacia los seis meses de edad el niño produce
emisiones vocálicas y consonánticas mas diferenciadas, de una silaba, con
frecuente repetición de estos patrones. A esta etapa se le denomina balbuceo”
(Fernández y Peñafiel, 2001, p.154).
Fernández
y Peñafiel, 2001 expresan que
la lengua materna ya imprime su
influencia en la actividad vocal del niño. El orden de adquisición de los
fonemas en esta etapa está en función de su dificultad desde el punto de vista
sensoriomotor. Le permite al niño entrenarse en el lenguaje como instrumento de
relación social en la familia, comunicarse con su madre, adaptarse al medio.
Además de ser para el bebe un placer, diversión y juego, este disfruta
escuchando sus propios sonidos (p.154).
Más adelante surgen las primeras
palabras. El momento de aparición no depende tanto de la intencionalidad del
niño, sino de la identificación más o menos temprana que los padres hagan de
ella. El niño es capaz de imitar los sonidos producidos por otras personas.
Esta imitación favorece la interacción comunicativa con los adultos (Fernández
y Peñafiel, 2001, p.154).
“Al
final del primer año comienza la comprensión verbal, entendiendo palabras y
expresiones antes de tener la capacidad de emitirlas” (Fernández y Peñafiel,
2001, p.154).
Fase lingüística (1-5/6 años)
“Comienza
una nueva etapa, la “etapa holofrástica”. El niño es capaz de expresar con una
sola palabra elementos que tienen el
valor de frase. Cada vocablo hace referencia a distintos significados. Estos
breves enunciados de una sola palabra se interpretan dentro de un contexto
situacional” (Fernández y Peñafiel, 2001, p.154)
De
acuerdo con Fernández y Peñafiel, 2001
a partir de los 18 meses comienza la
emisión de frases de dos palabras. Los enunciados se presentan de manera
telegráfica, utilizando las palabras que proporcionan más información, lo que permite
la máxima comunicación con un mínimo de vocablos. El esquema suele ser: nombre
+ verbo. El contexto situacional suple la ambigüedad de estas frases (p.154)
“Más
tarde (2 a 3 años), empiezan a aparecer secuencias de tres elementos,
enunciados de tres o cuatro palabras. El orden del enunciado se adapta
progresivamente al idioma. A esta etapa se le denomina habla telegráfica”
(Fernández y Peñafiel, 2001, p.154)
“El ambiente, a partir de estas edades, va a
ejercer cada vez en mayor medida una influencia decisiva en la adquisición de
los posteriores niveles de competencia lingüística” (Fernández y Peñafiel,
2001, p.155)
Al finalizar la etapa de educación
infantil, las estructuras básicas del lenguaje adulto están conseguidas en las
dimensiones de la fonología, la morfosintaxis, la semántica y la pragmática.
Aunque aun queden por desarrollar otros aspectos del lenguaje como el discurso
complejo (coordinación y subordinación), las posibilidades estilísticas y las
capacidades metalingüísticas (Fernández y Peñafiel, 2001, p.155)
Según
Fernández y Peñafiel, (2001, p.155) “los factores que pueden influir
desfavorablemente en la adquisición del lenguaje en el niño de educación
infantil suelen agruparse en dos grandes bloques”:
- Factores orgánicos (genéticos, neurológicos o anatómicos)
- Factores psicológicos (emocionales y afectivos; y factores psicológicos que alteran los procesos de transmisión/adquisición del lenguaje sin comprometer la comunicación social y afectiva del niño).
Desarrollo del lenguaje en la edad de
Educación Primaria
Fernández
y Peñafiel, (2001) afirman que
a esta edad se configura el dominio
fonológico incorporándose en el uso del lenguaje la producción de fonemas de
difícil articulación, en grupos de coarticulación, con otros también dificultosos.
Aumenta el nivel léxico y la complejidad sintáctica (paso de la coordinación a
la subordinación y comprensión de la voz pasiva). El lenguaje abandona su
dimensión egocéntrica (como simple ejercicio verbal de placer) y alcanza la
categoría de uso comunicativo: lenguaje socializado (p.155)
Con la escolarización en la educación
primaria se inicia el aprendizaje de la codificación y decodificación de signos escritos que representan a las
distintas unidades del lenguaje oral: la lectoescritura. Con ella el niño se
introduce en el uso de un sistema comunicativo distal. Para alcanzar éxito en
este aprendizaje, tendrá que haber madurado previamente aspectos psicomotrices,
afectivos-relacionales y cognitivos. Su uso le proporcionará destrezas,
competencias y conocimientos que contribuyen enormemente a su desarrollo
personal porque su aprendizaje se enmarca en un proceso de planificación
educativa intencional que amplia enormemente el horizonte cultural (Fernández y
Peñafiel, 2001, p.156)
“Los
procesos psicológicos básicos asociados al desarrollo de la habilidad
lectoescritora están determinados por las tareas cognitivas y psicomotoras que
implican su dominio. Se trata de procesos perceptivos, de acceso al léxico,
sintácticos, semánticos y ortográficos” (p.156)
Para
Fernández y Peñafiel, (2001)
los procesos perceptivos están
implicados en la tarea de identificación y reconocimiento de los signos
gráficos que representan letras y palabras, esto es, en la decodificación del
lenguaje escrito. Los procesos de acceso al léxico se encuentran en la base de
la capacidad de reconocimiento e identificación de los significados asociados a
las palabras de una lengua, tanto de su expresión grafica (mediante la ruta
visual de identificación) como de su expresión fonética (a través de la ruta
fonológica) (p.156)
Trastorno de
Comunicación
Silva
(s.f), “Se conoce como trastorno de la comunicación a toda alteración del
código lingüístico en cualquier nivel de su procesamiento y que afecta a los
canales expresivos y/o receptivos. Pueden variar ampliamente en severidad,
características y tipología.” Estos trastornos pueden dejar serias
consecuencias en otras aéreas del conocimiento, entre las que se puede
mencionar lectoescritura, sin embargo
pueden existir factores individuales y del entorno que pueden hacer variar esta
situación.
De acuerdo
con Parodi (2005), “existen seis tipos de problemas de comunicación. El más
común son problemas fonológicos y articulatorios que consisten en los defectos
de añadir u omitir, sustituir o distorsionar sonidos de letras o fonemas. Otro
problema se encuentra en el ritmo o fluencia, que son defectos que se anotan en
las condiciones de quien tartamudea y de quien tartajea. Además, está el
problema de calidad de voz que es producido por exceso o falta de resonancia
nasal, por modalidades de voz ronca y jadeante o sin aliento. Igualmente existe
la disfonía o ronquera que es un timbre extrañamente profundo o bronco de la
voz, típico trastorno de laringe y puede ser manifestación de enfermedades
graves. Conjuntamente, está el problema asociado con defectos de la boca y de
la cara que se relacionan con partes anatómicas y funcionales tales como:
lengua, labios, fosas nasales, oídos, dientes, encías, paladar y amígdalas. Por
último, disfunciones o daños que afectan las funciones cerebrales que controlan
los nervios y músculos relacionados con el habla”.
Mencionado
lo anterior, se puede observar que existen varios tipos de trastornos que
afectan a las personas. Para efectos de este taller se hará énfasis en cuatro
principales, los cuales son más comunes en la niñez.
Tipos de
Trastornos de Comunicación en niños
Articulación
“Los
niños con trastorno fonológico no utilizan o utilizan sólo algunos de los
sonidos del habla que se esperan para su grupo de edad” (Celdrán y Zamorano,
s.f.). Entre los principales trastornos de articulación se pueden mencionar:
Dislalia
De
acuerdo con Pascual (1981) citado por Celdrán y Zamorano (s.f) esta es una
“incapacidad para producir uno o varios fonemas de la lengua sin que exista
causa orgánica o neurológica que lo justifique, siendo la funcionalidad del
aparato fonoarticulador la que se ve afectada. Se trata de una alteración
fonética”
Se clasifican
en:
-
Evolutivas.
Serían
las dislalias que aparecen para aquellos fonemas que se consideran que están en
vía de desarrollo para una determinada edad.
-
Funcionales.
Se
trata de alteraciones para la articulación de fonemas que tendrían que estar
adquiridos para la edad.
Trastorno fonológico
“Es
el que presenta un sujeto que tiene afectado el sistema fonológico, mientras
que sus habilidades fonéticas estarían bien desarrolladas. Sería capaz de
articular todos los fonemas por imitación, pero tendría dificultades para
integrarlos en palabras y lenguaje espontáneo” (Cristal, 1981 citado por Celdrán y Zamorano, s.f).
Disglosia
“Se
definen como trastornos de la articulación debidos a alteraciones orgánicas de
los órganos periféricos del habla” (Celdrán y Zamorano, s.f). Se clasifican en:
* Labiales
(labio leporino, parálisis facial)
* Dentales
(faltan piezas, malformación)
* Maxilares
(mala oclusión o malformación)
* Linguales
(frenillo, malformación)
*
Palatales (fisura palatina, malformación)
*Nasales
(vegetaciones, pólipos
Disartria
“Dificultades
para la articulación y la expresión oral que afectan al tono y movimientos de
los músculos de la articulación, debidas a lesiones del sistema nervioso
central” (Celdrán y Zamorano, s.f)
Mutismo
De acuerdo
con Banús (2012), “El mutismo es un problema de inhibición del habla que suele
tener su inicio en la etapa preescolar. El trastorno se caracteriza por que el
sujeto, pese a tener la capacidad del habla conservada, inhibe selectivamente
la respuesta verbal delante de determinadas situaciones sociales o lo restringe
a ciertas personas “de confianza” de su entorno familiar (normalmente padres y
hermanos).
El mismo
autor menciona el que este trastorno puede iniciarse como consecuencia de una
timidez extrema, o también a partir de alguna situación estresante. Puede
resultar altamente incapacitante tanto en el terreno educativo como en el
social para los niños que lo padecen y siempre representa un problema a tratar.
Tartamudeo
Según
Centurion, Portilla (2013), “La tartamudez o disfemia es un trastorno de la
comunicación (no un trastorno de lenguaje) que se caracteriza por
interrupciones involuntarias del habla que se acompañan de tensión muscular en
cara y cuello, miedo y estrés”.
Para
Morales (2010), “Los síntomas que caracterizan a este trastorno son: ansiedad,
tics, bloqueos, y espasmos; son diversos y de intensidad variable según los
casos. Los signos que se presentan en este trastorno a nivel lingüístico son
los siguientes:
·
Uso
de muletillas
·
Perífrases
y lenguaje redundante
·
Alteración
sintáctica
·
Abuso
de sinónimos
·
Discurso
sin coherencia
· Desorganización entre el pensamiento y el lenguaje
Problemas de la voz
La voz es un instrumento frágil que nos configura e identifica, un medio por el que expresamos nuestros mensajes, además de dar a conocer estados de ánimo; pero la voz también se altera, enferma y pierde efectividad. La disfonía infantil es un fenómeno más habitual de lo que la gente piensa (Posada y Zulliani, 2011).
Posada y Zulliani (2011) establecen que
en los niños, las afectaciones de la voz son de corta duración y están generalmente asociadas a enfermedades (resfriados, gripes…) o a excesos vocales (gritos). Por eso, en muchas ocasiones no consideramos estas alteraciones vocales como motivo suficiente para acudir al médico pediatra. A continuación hablaremos un poco de las principales características de la disfonía infantil, así como de su clasificación, factores de riesgo y el tratamiento y a seguir frente a una disfonía.
¿Qué es la disfonía infantil?
“Llamamos disfonía a la alteración de las cualidades acústicas de la voz (frecuencia, intensidad, timbre y duración). La pérdida total de la voz es la afonía” (Posada y Zulliani, 2011).
“No obstante, las mismas manifestaciones vocales desviadas de la norma pueden ser entendidas o no como patológicas (por ejemplo: el no alcanzar una nota musical determinada si existen inquietudes musicales puede ser vivido como un infierno)” (Posada y Zulliani, 2011)..
Algunas manifestaciones de la disfonía infantil son más evidentes que otras y hacen que los padres soliciten una consulta médica que llevará al diagnóstico de trastorno vocal. Algunas de esas manifestaciones son: hacer mucho esfuerzo al hablar, no gritar, hablar siempre muy fuerte, entre otros” (Posada y Zulliani, 2011).
Por otra parte, los maestros de música son quienes detectan generalmente las alteraciones de la voz en la etapa escolar, informando a los padres de las dificultades para realizar registros agudos o bien que no se tiene una voz clara (“tiene una voz con mucho aire”).
“También existen distintas sensaciones corporales desagradables en el gesto vocal: fatiga, dolor, sensación de cuerpo extraño, escozor… Y en ocasiones, se prioriza el mejorar estos aspectos antes que la propia voz” (Posada y Zulliani, 2011)..
“Es conocido que muchas de las manifestaciones acústicas de la voz se originan cuando existe lesión en la laringe, por lo que valorar la presencia o no de dicha lesión es muy importante” (Posada y Zulliani, 2011).
Posada y Zulliani (2011) expresan que
hay que tener en cuenta que una voz acústicamente normal puede no generar sensaciones molestas, pero no ser capaz de expresar ideas o sentimientos deseados. Una parte importante de las intencionalidades comunicativas se trasmite en las características de la voz (cuando gritamos de alegría y euforia, cuando susurramos un secreto para que nadie lo oiga…). La incapacidad de dar a la voz distintos significados genera una ansiedad que aún limita más sus posibilidades expresivas.
Por todo esto, la disfonía infantil debe ser entendida desde un conjunto que engloba las características de la voz, los gestos y el confort, las lesiones en la laringe y la eficacia comunicativa.
Clasificación de las disfonías infantiles
Posada y Zulliani, (2011) mencionan una de las clasificaciones más frecuentes que podemos hacer de disfonía infantil:
• Disfonía funcional: todas aquellas disfonías que tienen alteración de la función vocal, provocada principalmente por una perturbación de la actitud vocal (exceso de gritos, estar en ambientes con un nivel de humedad inadecuado…). Pueden complicarse con lesiones orgánicas de la laringe provocadas por el esfuerzo excesivo o por alteraciones orgánicas transitorias.
• Disfonía funcional complicada: son alteraciones en las cuerdas vocales, provocadas por un comportamiento vocal defectuoso. En el caso de los niños, la alteración de las cuerdas vocales más frecuente son los nódulos laríngeos por abuso vocal.
Causas de la disfonía infantil
Posada y Zulliani, (2011) afirman que “existe una gran variabilidad de orígenes de las lesiones vocales; no se debe caer en la falsa creencia de que un niño sufre una disfonía exclusivamente por gritar demasiado. Los distintos factores que pueden provocar una disfonía infantil son”:
- Abuso vocal
- Antecedentes familiares
- Afecciones respiratorias
- Estado emocional y perfil psicológico del niño
- Modelos vocales del entorno que rodea al niño
La voz es un instrumento frágil que nos configura e identifica, un medio por el que expresamos nuestros mensajes, además de dar a conocer estados de ánimo; pero la voz también se altera, enferma y pierde efectividad. La disfonía infantil es un fenómeno más habitual de lo que la gente piensa (Posada y Zulliani, 2011).
Posada y Zulliani (2011) establecen que
en los niños, las afectaciones de la voz son de corta duración y están generalmente asociadas a enfermedades (resfriados, gripes…) o a excesos vocales (gritos). Por eso, en muchas ocasiones no consideramos estas alteraciones vocales como motivo suficiente para acudir al médico pediatra. A continuación hablaremos un poco de las principales características de la disfonía infantil, así como de su clasificación, factores de riesgo y el tratamiento y a seguir frente a una disfonía.
¿Qué es la disfonía infantil?
“Llamamos disfonía a la alteración de las cualidades acústicas de la voz (frecuencia, intensidad, timbre y duración). La pérdida total de la voz es la afonía” (Posada y Zulliani, 2011).
“No obstante, las mismas manifestaciones vocales desviadas de la norma pueden ser entendidas o no como patológicas (por ejemplo: el no alcanzar una nota musical determinada si existen inquietudes musicales puede ser vivido como un infierno)” (Posada y Zulliani, 2011)..
Algunas manifestaciones de la disfonía infantil son más evidentes que otras y hacen que los padres soliciten una consulta médica que llevará al diagnóstico de trastorno vocal. Algunas de esas manifestaciones son: hacer mucho esfuerzo al hablar, no gritar, hablar siempre muy fuerte, entre otros” (Posada y Zulliani, 2011).
Por otra parte, los maestros de música son quienes detectan generalmente las alteraciones de la voz en la etapa escolar, informando a los padres de las dificultades para realizar registros agudos o bien que no se tiene una voz clara (“tiene una voz con mucho aire”).
“También existen distintas sensaciones corporales desagradables en el gesto vocal: fatiga, dolor, sensación de cuerpo extraño, escozor… Y en ocasiones, se prioriza el mejorar estos aspectos antes que la propia voz” (Posada y Zulliani, 2011)..
“Es conocido que muchas de las manifestaciones acústicas de la voz se originan cuando existe lesión en la laringe, por lo que valorar la presencia o no de dicha lesión es muy importante” (Posada y Zulliani, 2011).
Posada y Zulliani (2011) expresan que
hay que tener en cuenta que una voz acústicamente normal puede no generar sensaciones molestas, pero no ser capaz de expresar ideas o sentimientos deseados. Una parte importante de las intencionalidades comunicativas se trasmite en las características de la voz (cuando gritamos de alegría y euforia, cuando susurramos un secreto para que nadie lo oiga…). La incapacidad de dar a la voz distintos significados genera una ansiedad que aún limita más sus posibilidades expresivas.
Por todo esto, la disfonía infantil debe ser entendida desde un conjunto que engloba las características de la voz, los gestos y el confort, las lesiones en la laringe y la eficacia comunicativa.
Clasificación de las disfonías infantiles
Posada y Zulliani, (2011) mencionan una de las clasificaciones más frecuentes que podemos hacer de disfonía infantil:
• Disfonía funcional: todas aquellas disfonías que tienen alteración de la función vocal, provocada principalmente por una perturbación de la actitud vocal (exceso de gritos, estar en ambientes con un nivel de humedad inadecuado…). Pueden complicarse con lesiones orgánicas de la laringe provocadas por el esfuerzo excesivo o por alteraciones orgánicas transitorias.
• Disfonía funcional complicada: son alteraciones en las cuerdas vocales, provocadas por un comportamiento vocal defectuoso. En el caso de los niños, la alteración de las cuerdas vocales más frecuente son los nódulos laríngeos por abuso vocal.
Causas de la disfonía infantil
Posada y Zulliani, (2011) afirman que “existe una gran variabilidad de orígenes de las lesiones vocales; no se debe caer en la falsa creencia de que un niño sufre una disfonía exclusivamente por gritar demasiado. Los distintos factores que pueden provocar una disfonía infantil son”:
- Abuso vocal
- Antecedentes familiares
- Afecciones respiratorias
- Estado emocional y perfil psicológico del niño
- Modelos vocales del entorno que rodea al niño
Funciones del
psicólogo Educativo en relación con los educadores
Garaigordobil
(2009), destaca cuatro funciones del psicólogo en relación con los profesores,
las cuales son:
- Información diagnostica: el psicólogo primero recibe información de los profesores y después aporta información al profesorado sobre los resultados diagnósticos individuales y colectivos realizados a los alumnos, con la debida consideración del carácter confidencial de los mismos. En la medida que los profesores dispongan de información sobre las capacidades intelectuales, estrategias cognitivas de aprendizaje, personalidad, dificultades de aprendizaje, etc., podrán ayudar mejor a sus alumnos.
- Asesoramiento
y colaboración: el psicólogo asesora a los profesores y colabora con ellos
en diversos temas como: análisis de situaciones escolares problemáticas y
soluciones (desmotivación, conductas disruptivas, acoso…), comprensión de
los procesos de enseñanza-aprendizaje en relación a contenidos
curriculares específicos, aulas de aprendizaje de tareas, plan de acción
tutorial, técnicas de dinámica de grupos, de comunicación, de observación,
de aprendizaje cooperativo…, estrategias que favorecen el aprendizaje de
tareas, plan de acción tutorial, técnicas de dinámica de grupos, de
comunicación, de observación, de aprendizaje corporativo…, estrategias que
favorecen el aprendizaje significativo, programas de atención a la diversidad
del alumnado, a los inmigrantes, a los estudiantes con necesidades
especiales, etc.
- Formación:
el psicólogo organiza cursos de formación para el profesorado en relación
a programas de intervención que implementaran (programas para estimular la
inteligencia, la motivación, la creatividad, la convivencia, los valores
prosociales…), así como sobre distintos temas en los que los profesores
manifiesten su interés (tutorías, dificultades del proceso
enseñanza-aprendizaje, técnicas de investigación en el aula…).
- Investigación:
una función secundaria del psicólogo seria conducir estudios de
investigación con diversas metodologías (experimentales, correlacionales,
cualitativas, etnográficas, etc.), en colaboración con los profesores y
otros profesionales, en torno a diversos temas de Psicología Educativa
(procesos de enseñanza-aprendizaje, procesos mentales que intervienen en
el aprendizaje, aprendizaje mediatizado por el uso de nuevas tecnologías,
rasgos y actitudes del profesorado favorecedores de los procesos educativos,
estudios sobre situaciones de acoso escolar o consumo de drogas presentes
en el centro, efectos de los programas de intervención que se implementan
en el centro…).
Principales terapias para los trastornos de comunicación
Cómo ayudar al niño con
problemas de lenguaje
De
acuerdo con la Asociación de personas con trastorno específico del lenguaje de
Madrid (ATELMA, s.f.) existen una serie de pautas que se pueden seguir para
facilitar el desarrollo del lenguaje de los niños:
- Hablar más
despacio. Pedirles que nos miren a los ojos.
- Pronunciar
correctamente sin exagerar ni gritar
- Repetir si
es necesario y/o intentar decir lo mismo de otra forma.
- Respetar el
turno de palabra.
- Utilizar
gestos naturales para facilitar la comprensión.
- Adecuar el
tamaño y la dificultad de los mensajes al nivel del niño.
- Utilizar
frases simples pero correctas.
- Evitar
enunciados interrumpidos o desordenados.
- Favorecer
la comprensión por parte del niño con preguntas alternativas.
- Atender y
escuchar antes de hablar.
- No
responder por él, dejar que se exprese libremente.
- Adoptar una
actitud positiva frente al niño, alentándole y felicitándole ante sus
progresos.
- Crear
situaciones comunicativas donde el niño vea y oiga a la persona con la que
habla, y donde se respeten ciertos espacios de tiempo en el que el niño se
exprese libremente.
- Controlar
todo tipo de actitud negativa y de ansiedad ante el lenguaje del niño.
- Eliminar
correcciones del tipo “eso no es así”. En su lugar repetiremos la frase o
plabara de forma correcta, acortando o ampliando sintáctica o
semánticamente si fuera preciso.
- Reforzar sus
avances.
Tratamiento del Mutismo
“Las técnicas utilizadas en el tratamiento de
mutismo selectivo se pueden clasificar según los modelos teóricos o según la
eficacia demostrada en el tratamiento en los distintos niveles de inhibición
del habla” (Fernández, s.f., p.12).
De acuerdo con Fernández (s.f.) “según los modelos
teóricos, las técnicas pueden ser agrupadas en distintos grupos de terapias o
tratamientos”:
-
Técnicas operantes: desde este modelo,
se sostiene que el miedo desproporcionado a hablar es una respuesta aprendida y
mantenida por las consecuencias (reforzadores negativos y positivos). Las
técnicas que se derivan de este modelo persiguen contrarrestar los efectos de
este condicionamiento hasta anularlos, enseñando al niño a que obtenga los beneficios
a través de respuestas alternativas a la inhibición del habla y al lenguaje
gestual, como es el lenguaje oral. Las técnicas son: coste de respuesta,
desvanecimiento estimular, moldeamiento, reforzamiento positivo y negativo y,
tiempo fuera de reforzamiento.
-
Técnicas derivadas del condicionamiento
clásico: estas técnicas parten del modelo que sostiene que el miedo
desproporcionado a hablar es una respuesta de ansiedad y por tanto, las
personas mostrarán miedo desproporcionado a hablar en aquellas situaciones en
las que se incremente su nivel de ansiedad. La presencia de unas personas y
unas situaciones concretas producirían respuestas de ansiedad en el niño,
mientras que con otras personas y en otras situaciones en las que el niño se
siente relajado, hablaría perfectamente. Desde este modelo, el tratamiento va
dirigido a disminuir la ansiedad experimentada a través de técnicas de
relajación y respiración.
-
Técnicas derivadas del modelo
cognitivo-conductual: el miedo desproporcionado a hablar se mantiene por la
confirmación de las expectativas que tiene el niño respecto a las situaciones y
a las personas temidas. Dentro de estas técnicas, destacan el entrenamiento en
habilidades sociales, el modelado y el automodelado.
Fernández (s.f.) afirma que existe “otra
clasificación de las técnicas utilizadas en el tratamiento del mutismo es en
relación con los distintos niveles de inhibición del habla, entre ellas podemos
mencionar”:
-
Cuando el niño no habla a nadie en
ninguna situación (Mutismo progresivo) se pueden utilizar las siguientes
técnicas: moldeamiento, modelado, coste de respuesta, reforzamiento negativo y,
muestreo de refuerzos.
-
Cuando el niño habla a una o pocas
personas en una sola situación, o habla a muchas personas en una sola situación
o, habla a pocas personas en muchas situaciones, se utiliza el desvanecimiento
estimular ya sea ante nuevas personas y nuevas situaciones.
-
En el incremento del habla espontánea se
utiliza el manejo de contingencias y para mantener los logros la mejor
estrategia es desvanecer el programa de refuerzo e incrementar paralelamente su
dependencia del refuerzo natural
¿Qué es
la terapia del habla y del lenguaje?
“Es un tratamiento para
los niños que sufren
discapacidades del habla y aprendizaje del lenguaje. Las primeras tienen
que ver con problemas para producir sonidos, mientras que las segundas se
refieren a las dificultades al combinar las palabras para expresar ideas”
(Chagnon, 2002)
Chagnon
(2002) establece que
en este
caso, lo indicado es acudir a un fonoaudiólogo, un profesional
que estudia la comunicación humana, su desarrollo y sus trastornos. Evalúa las
habilidades del habla, lenguaje, comunicación cognitiva y la forma de tragar
tanto de niños como de adultos, lo que le permite identificar problemas en la
comunicación y el mejor tratamiento para estos. Los fonoaudiólogos atienden los trastornos en la articulación del lenguaje,
problemas de fluidez, trastornos orales, motores y de la voz, así como
trastornos en el lenguaje receptivo y expresivo.
Tipos de terapias
Según Chagnon (2002) “el terapeuta trabajará con
el niño individualmente,
en un pequeño grupo o directamente en una sala de clases para ayudar a
sobrellevar las dificultades que presenta cada trastorno en particular. Las
estrategias a seguir incluyen”:
·
Actividades de
intervención del lenguaje. En estos ejercicios el fonoaudiólogo interactuará con el niño
jugando y hablando. Puede utilizar fotos, libros, objetos o eventos actuales
para estimular el desarrollo del
lenguaje. También será él quien pronunciará correctamente las palabras
como ejemplo y utilizará ejercicios de repetición para fortalecer el habla y
los mecanismos del lenguaje.
· Terapia de articulación. Estos
ejercicios de producción de sonidos incluyen la pronunciación correcta de
sílabas por parte del terapeuta, generalmente mientras se está jugando.
Demostrará físicamente al niño cómo emitir ciertos sonidos (por ejemplo, el
sonido de la “r”) y cómo mover la lengua para producirlos.
·
Terapia oral y motora de
la alimentación. Se utilizará una variedad de
ejercicios que incluyen masaje facial y movimientos para ejercitar la lengua,
labios y mandíbula, a fin de fortalecer los músculos de la boca. El terapeuta
trabajará con diferentes texturas y temperaturas de alimentos para incrementar
la atención oral del niño mientras come y traga.
De acuerdo con Chagnon (2002) “las terapias por trastornos de lenguaje puede
ser necesaria por varias razones”:
·
Problemas de audición
·
Retrasos cognitivos (intelectuales) u otros
retrasos del desarrollo
·
Musculatura oral débil
·
Defectos de nacimiento como labio leporino
·
Autismo
·
Problemas motores
·
Problemas respiratorios
·
Trastornos al tragar
·
Lesiones cerebrales traumáticas
“La terapia debe
comenzar lo antes posible. Los resultados son mejores en niños menores de 3 años. Esto no
significa que los niños más
grandes no se beneficien de la terapia, pero el resultado será más lento porque
tendrán que cambiar patrones ya aprendidos” (Chagnon, 2002)
Repercusiones Educacionales
“Ya que todos los trastornos de la
comunicación tienen el potencial de aislar a los individuos de sus alrededores sociales y educacionales, es
esencial encontrar una intervención justa y apropiada” (Chagnon,
2002).
Chagnon
afirma que
aunque muchos padrones del habla y lenguaje se
pueden caracterizar de lenguaje infantil y forman parte del desarrollo normal del niño, éstos pueden
causar problemas si no se pasan a tiempo. De esta manera un atraso en el padrón de lenguaje inicial puede
convertirse en un trastorno que causa dificultades en el aprendizaje. A causa de la manera en la cual
el cerebro se desarrolla, es más fácil aprender las destrezas del lenguaje y comunicación antes de los 5
años de edad (2002).
“Cuando los niños tienen trastornos
musculares, problemas en la audición, o
atrasos del desarrollo, su adquisición del habla, lenguaje, y destrezas relacionadas puede ser afectada” (Chagnon,
2002).
A
su vez, Chagnon expresa que
los
patólogos del habla y lenguaje asisten a los niños que tienen trastornos de la
comunicación de varias maneras.
Proporcionan terapia individual para el niño; consultan con el maestro del niño
sobre las maneras más efectivas de
facilitar la comunicación del niño dentro de la sala de clases; y trabajan de
muy cerca con la familia para
desarrollar metas y métodos para una terapia efectiva en la sala de clases y
el hogar. También puede asistir a los maestros
vocacionales y asesores en establecer metas de la comunicación relacionadas a las experiencias
de trabajo de los alumnos y sugerir estrategias que sea efectivas para la importante transición de la
escuela al empleo y la vida adulta (2002).
“La tecnología puede ayudar a aquellos
niños cuyas condiciones físicas hacen la comunicación difícil. El uso de sistemas de comunicación electrónicos
permiten que la gente que no habla y las personas con severas discapacidades físicas aumentan su
participación en la discusión del pensamiento” (Chagnon, 2002).
Chagnon
(2002) enfatiza que
el
vocabulario y desarrollo de conceptos continúa durante los años que los niños
están en la escuela. Se les enseña a
leer y escribir, y mientras maduran los alumnos, la comprensión y uso del
lenguaje se hace más complejo. Las
destrezas para la comunicación están al centro de la experiencia educacional.
La terapia del habla o lenguaje puede
continuar a través de los años escolares en la forma de terapia directa o a través de un especialista.
Principales
tratamientos para el Tartamudeo
Cuando
los niños acuden al especialista por primera vez con seis o más años suelen
presentar ya todos los problemas y consecuencia de la disfemia. Ya se han
desencadenado los tres aspectos claves de este problema: el tartamudeo se ha
manifestado y establecido, la respuesta psicológica ante él es negativa y
empieza a condicionar el sistema de pensamientos y creencias de la persona
acerca de sí misma y el rol social ya se está definiendo, aunque todavía son
muchas las experiencias que pueden agravar el problema (Cervera e Ygual, 2002,
p.8)
Cervera
e Ygual (2002) establecen que
la
postura de todo terapeuta sensato será afrontar el tratamiento de las personas
disfémicas desde un punto de vista ecléctico, estudiando uno a uno cada caso,
su problemática y sus respuestas a todas y cada una de las herramientas
terapéuticas que hoy en día se consideran útiles. El punto de vista logopédico
ha demostrado ser útil en el tratamiento siempre que combine hábilmente dos
aspectos del problema de la disfemia: terapia del habla (control del habla) y
reestructuración cognitiva. En el caso de los niños la intervención social
también es imprescindible (p.9)
Fiedler
y Standop (1984) citado por Cervera e Ygual (2002), lo resumen perfectamente:
Queremos
señalar que el tratamiento de la tartamudez no se agota con la terapéutica de
los trastornos de la palabra hablada. El terapeuta ha de convertir en objeto de
tratamiento tanto la ampliación del cuadro social de los clientes, como el
estímulo de sus facultades - especialmente de índole cognoscitiva- que les
posibiliten también a largo plazo, el autocontrol y la propia modificación de
la tartamudez (p.9)
“En el caso de niños pequeños hay que
hacer varias consideraciones importantísimas ya que el tratamiento tiene
óptimas oportunidades de tener éxito, siempre que se involucre al medio
familiar y social del niño, incluida, claro está, la escuela” (Cervera e Ygual,
2002, p.9)
De acuerdo con Cervera e Ygual, (2002,
p.9) “los grandes objetivos de la terapia se pueden formular de esta manera”:
a) Conocer
cómo puedo acercarme a la forma más fluente de hablar. Los tartamudos adultos
saben perfectamente que los síntomas disminuyen o aumentan en función del
comportamiento vocal o de la forma de hablar, aunque ese no sea todo el
problema.
b) Tradicionalmente
se han aplicado una serie de técnicas para aumentar la fluencia. Se pretendía
que el niño aprendiese esas formas de hablar hasta generalizarlas y superar de
esa manera el tartamudeo. Actualmente el papel de esas técnicas de fluencia ha
variado. No se trata de imitar una forma extraña de hablar sino de descubrir
los mecanismos que me hacen ser más fluente o menos fluente. Las técnicas son
una forma de conocerme para acercarme a mi propia manera de hablar lo más
fluentemente posible.
c) Las
técnicas de fluencia también “enseñan” las cosas que no hay que hacer, los
errores en los que los tartamudos caen cuando intentan dejar de tartamudear y
que todavía aumentan más su tartamudeo.
d) Es
muy importante comprender el papel de estas técnicas por dos motivos: porque realmente
tienen una efectividad y pueden hacer disminuir el tartamudeo de forma
importante pero también porque si se aplican de forma inadecuada pueden
convertirse en un auténtico castigo para el niño o adulto que las practica.
Cervera
e Ygual, (2002, p.10) “las claves para una buena práctica con estas técnicas
están en comprender que”:
1. No
buscamos que el tartamudeo desaparezca totalmente. Esto es casi imposible en la
mayoría de los casos de forma mantenida y en el habla normal. Si el disfémico
fija ese objetivo, con o sin ayuda de su terapeuta, tiene mucho riesgo de
fracasar y aumentar así su sentimiento de impotencia, frustración e incluso,
culpa.
2. Las técnicas pueden ser una forma de encontrar
la forma personal, posible y cómoda de ser más fluente en la mayoría de
situaciones. Se trata de usar las técnicas de fluencia para realizar un
auto-descubrimiento y no para imitar un patrón de habla externo a la persona.
Cervera
e Ygual, (2002) mencionan que
las
técnicas más habituales se basan en principios fisiológicos como el efecto Lee
o el ensordecimiento. Son técnicas antiguas aunque se han transformado y
evolucionado mucho. Las más conocidas son: técnicas de ritmo, de respiración,
de control del timing vocal, audición modificada (D.A.F.), ensordecimiento,
lectura en sombra, uso de gestos, etc (p.10)
Por otra parte, existen otras terapias
que pueden utilizarse, principalmente los padres, pueden hacer uso de ella, por
ejemplo:
Terapia indirecta
Roberts
(2003) expresa que
los
niños que tartamudean tienden a hablar más rápido que los demás y quizás piense usted que ésta es la razón de la
tartamudez de su hijo. De hecho puede ser al
revés: es muy probable que el tartamudo intente hablar más rápido para
evitar que la tartamudez le alcance
antes de acabar su frase. Actuando así, se estresa y hace que la tartamudez sea inevitable. “Hablar rápido”
no parece ser la principal causa de la
tartamudez, pero seguramente la tartamudez y la rapidez de elocución
trabajan mano a mano para reforzarse
(p.155)
Roberts (2003, p.155) explica al padre
que “tiene que encontrar un medio para ralentizar la elocución de su hijo. La
primera idea es pedirle que hable más
despacio, sin embargo, debe evitarlo a cualquier precio porque”:
1. Es
casi imposible para un niño ralentizar su elocución intencionalmente y conscientemente.
2.
Pidiéndole que hable más lento, le vuelve más consciente de su problema de elocución y se arriesga a agravar su
tartamudez. Es mejor si le sirve usted de ejemplo y le habla más lento: los
niños tienden naturalmente a imitar sus
padres y así, probablemente su hijo hable más despacio.
Terapia directa
Si
el niño no se da cuenta de que tartamudea, es preferible no hacer alusiones a
ello porque se podría dar cuenta de sus
dificultades de elocución. Debe intentar cambiar indirectamente su manera de hablar (Terapia
indirecta) y recabar la opinión de un ortofonista si no nota ninguna mejora
después de algunas semanas (Roberts, 2003, p.164)
Por
otro lado, Roberts (2003) afirma que
si
es evidente que el niño es consciente y está preocupado por sus dificultades de elocución, entonces es
importante encontrar un medio de hablarle
abiertamente de su tartamudez. También es importante hablar francamente
de la tartamudez si el niño ha oído por
casualidad una conversación a propósito de sus
dificultades (p.164).
“En numerosas familias, la tartamudez es
una especie de tabú que nadie menciona. Los padres están a menudo atemorizados
ante la idea de hablar de la tartamudez
con su hijo por miedo a herirle y a agravar sus dificultades” (Roberts, 2003,
p.164).
Tratamiento de la disfonía infantil
Posada y Zulliani, (2011) mencionan que
existen diversas opciones terapéuticas en el abordaje de la disfonía infantil: supervisión o seguimiento por parte del médico pediatra, cirugía laríngea, trabajo de orientación a padres, intervención logopédica, orientación a educadores, trabajo psicomotriz, psicoterapia o incluso tratamiento farmacológico. El médico foniatra será quien analice los factores de edad,motivación del niño y los padres, necesidades vocales del paciente, severidad de la disfonía, tipo de lesión y el conjunto del comportamiento para indicar el tipo, intensidad y secuencia de los tratamientos que se deberá aplicar.
El objetivo de la reeducación vocal es establecer o restablecer el equilibrio entre la voz que se tiene y la voz que se quiere; es decir, mejorar la calidad de vida del niño. Los padres tienen un papel muy importante en el tratamiento, ya que se les informa sobre lo que se pretende y las pautas que se deben respetar para lograr una voz óptima (Posada y Zulliani, 2011).
Pueden darse problemas en el tratamiento debido a que el niño sigue realizando un patrón de voz perjudicial (gritos) en el colegio, con sus compañeros. Además, muchas veces, ocurre que los propios padres tienen malas costumbres al hablar. Por todo ello, pude resultar difícil poder cambiar todo el entorno cultural en donde se desarrolla el niño (Posada y Zulliani, 2011).
Posada y Zulliani, (2011) mencionan que es importante tomar en cuenta que
en diversas ocasiones, la disfonía infantil forma parte de un cuadro mucho más complejo: procesos infecciosos, malformaciones, secundaria a un déficit auditivo, secundaria a un déficit de desarrollo del lenguaje o incluso a un problema de personalidad. En estos casos, se deberá tratar la disfonía de forma secundaria y se dará prioridad al cuadro central.
En general, podemos decir que la disfonía es un síntoma que aparece poco a poco, pero con episodios más marcados relacionados con fenómenos de salud general o de uso abusivo de la voz. Y a pesar de no tomarse como algo urgente de tratar, sí que hay que entender la disfonía infantil desde una afectación en la que se ven involucradas las cualidades de la voz, la forma gestual, las lesiones y la eficacia comunicativa del niño.
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Con respecto a la lectura trastorno de comunicación se define muy claro lo que es y su tratamiento sin embargo recalcar que el apoyo que le brinden al niño tanto la familia como el centro educativo va ser primordial para el niño ya que si bien es cierto muchos son excluidos porque sus compañeritos y que suelen verlos como niños diferentes a ellos simplemente porque tartamudea o algún tics, bloqueos,alteración de su voz entre otros que no son normales lo cual va afectar emocionalmente todo el desarrollo del niño al sentirse excluido por los demás. En cuanto lo que plantea esta lectura es responsabilidad que el psicólogo educativo en conjunto con el profesor ayuden al niño con técnicas y estrategias adecuadas para su trastorno de comunicación de igual manera los contenidos curriculares que tiene el centro para estos niños y ayudarle mejor en su forma de aprendizaje ya que con frecuencia son bastantes los niños que enfrentan este tipo de trastorno en los centros educativos. KATTY PEREZ VALVERDE
ResponderEliminarHola,el taller realizado me pareció muy divertido sobre todo el bingo que nos llevaron y la conformación de palabras.La atención que se le brinde al niño/a a muy temprana edad en lo que se relaciona a problemas de comunicación, sera una gran ayuda en el futuro para nuestros hijos. El tartamudeo es uno de los que mas puede marcarlos y el comentario lo realizo por que uno de mis hijos lo sufrió y es un problema que los aisla gracias a Dios que hoy en día las familias reciben una gran ayuda y no precisamente en el HNN sino que en el mismo centro educativo lo reciben sin pagar nada unicamente mostrando el interés de llevarlos a las terapias. muy interesante conocer sobre el trastorno ya que este se manifista desde niños tal como lo indican en lo espuesto.
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ResponderEliminarEste es un lindo producto academico, las FELICITO. No olviden que deben tener referencias en todas las entradas que han hecho, y que estas, y las citas deben apegarse a APA.
Magdalena Hernández.
ResponderEliminarEl taller estuvo muy entretenido, no solo por la parte creativa, sino también por la manera en la que implementaron la aplicación de técnicas para el desarrollo del aprendizaje en niños que presentan un trastorno de comunicación, los cuales considero personalmente que viven una discriminación en el ámbito educativo, ya sea por profesores no capacitados, donde no presentan una vocación y por los mismo compañeros. Donde la interacción de esto alumnos se vuelve insana para su formación.
Es por esta razón que nos encontramos alumnos con una baja autoestima e inseguridad personal, donde esto llega afectar en su rendimiento académico y social dentro de la escuela, la cual es fundamental para el desarrollo y el crecimiento del niño. Los trastornos de comunicación se debe de atender de una manera subjetiva, donde se entienda que un alumno no presenta una composición perfecta de una habilidad, como es la de hablar y la del lenguaje, donde el niño no recurra aislarse.
Personalmente no es que se pida un trato especial, pero si único para que un alumno rompa sus propios esquemas dentro del ámbito educativo. Como lo menciona Acosta (2001) demuestran que las habilidades de comunicación preceden a la aparición del lenguaje hablado, y que estas se desarrollan y tienen lugar en un contexto de interacción social. En este sentido el lenguaje oral es visto como un fenómeno incluido en el fenómeno más amplio de la comunicación, entendida como proceso social y como competencia psicológica interpersonal.
Fuente: Acosta R (2001). Dificultades del lenguaje en ambientes educativos del retraso al trastorno específico del lenguaje.2da Edición. Masson. Barcelona.
este tema de trastorno de la comunicación, a parte de que fue taller realizado por ustedes y estuvo bastante bueno, creo que es un tema bastante actual, si prestamos atención al tipo de abordaje y al manejo por parte de los maestros en las aulas, , si bien los niños con estos padecimientos no en todos los centros educativos son abordados, y esto puede manifestarse en el niño de formas diversas e impidiendo su desarrollo educativo,sin embargo el trabajo conjunto de maestros y el psicólogo educativo puede hacer una diferencia, lastima que los centros educativos en ocasiones no cuentan ni con un psicólogo o tal vez 1 para una población de mil estudiantes, es poco lo que se puede hacer
ResponderEliminarMuy interesante el tema, desde mi experiencia recuerdo que en el kinder al que asistía tenia compañeros con problemas de lenguaje tartamudo y dislalia, en la misma institución educativa se les brindo el apoyo a esta problemática con un terapeuta de lenguaje.
ResponderEliminarNo sé en cuantas instituciones se de este servicio, pero de las que conozco creo que solo esa, es una lástima que este tipo de problemática que es muy común en los niños pequeños sea ignorada y en ocasiones ridiculizada por parte de los padres, maestros y compañeros, lo cual puede producir una gran frustración e impotencia al niño.
Así la literatura señala: “Cerca del 5 por ciento de los niños en edad escolar padecen alguna forma de deterioro del habla. Los problemas en la articulación y el tartamudeo son las dos situaciones más frecuentes…” (Woolfolk, 2010,p.135)
Esta estadística no es a nivel nacional, pero refleja que es uno de los problemas que enfrenta el sistema educativo con niños en edades preescolares, es importante resaltar que la comunidad educativa debe estar al tanto, brindando herramientas para que se mejora este complejidad y no afecte ninguna área del niño como la comunicación entre sus pares , maestros y familiares.
Referencia: Woolfolk.A. (2010). Psicología Educativa. México. Editorial: Pearson Educación de México, S.A. de C.V.
(Wilberth Navarro) Inicialmente, me gusto mucho su taller debido a que nos fueron enseñando algunas técnicas para cada uno de los tipos trastornos de la comunicación, de forma dinámica.
ResponderEliminarRespecto a estos trastornos, recordamos que existen los de articulación (fonológicos donde usan algunos sonidos del habla, propios de su edad, o no los utilizan), el mutismo (inhibición del habla, especialmente en la etapa preescolar), tartamudeo (interrupciones involuntarias del habla con tensión en la cara y el cuello, estrés y miedo), problemas de la voz (generalmente temporales por enfermedades o excesos del uso de las cuerdas vocales, como los gritos) y disfonía infantil (alteraciones de las cualidades acústicas de la voz y hasta la perdida total de la voz).
Cuando nos ha tocado hablar, y hemos padecido alguno de estos trastornos, por ejemplo, que a la persona “se le corte la voz” se viven momentos de angustia y vergüenza que deseamos no volver a vivir.
Ahora, una persona que tenga que lidiar constantemente con alguno de estos trastornos, su autoestima se ve muy afectada. Pueden surgir complejos de inferioridad, inseguridad, retraimiento, etc.
En Patología I, tuve que diagnosticar a un niño de una escuela pública que presentaba problemas de lenguaje, se veía que su situación le producía estrés, y en una de las sesiones casi llora por esa razón. Aún así el llevaba notas buenas. Sus compañeros se burlaban de él y a veces lo agredían. Fue puesto en atención de un terapeuta del lenguaje para ayudarle a corregir su problema y necesitó mucha ayuda y apoyo de su familia.
Es por ello que la labor del profesional en psicología es fundamental dentro de un centro educativo para tratar estos trastornos. Como se ha comentado bastante en el curso, y se ha confirmado en las rotaciones, parte de las funciones de estos profesionales es la prevención.
Para ello deben conocer en que consiste cada una de ellas para poder distinguirlas y así ofrecer al estudiante y a los que se encuentran a cargo de él (maestros y padres), herramientas necesarias para que el estudiante pueda superar su padecimiento.
Por otro lado, se debe informar a todos los que interactúan con el alumno, dentro y fuera del centro estudiantil, para que le sirvan de apoyo y no para que se burlen de él y le afecten de manera negativa.
Poder diagnosticar a tiempo, abordar le trastorno de manera asertiva y ofrecer adecuaciones curriculares especificas para cada estudiante; serán el norte para lograr una ayuda adecuada.