“La
comunidad educativa de un centro está formada por
el conjunto del profesorado, los padres y madres, los alumnos y alumnas y
personal de administración y servicios.
Todos ellos deben compartir un objetivo común: educar” (Consejo Escolar de
Andalucía, s.f., p.28).
Entre el
conjunto de alumnos se menciona el gobierno estudiantil, entre el profesorado
se encuentra el claustro de profesores, y en relación con la familia destacan
las juntas de padres, entre sus funciones principales están velar por el
bienestar de la institución y de sus estudiantes principalmente”.
En cuanto
a los servicios destacan psicología, trabajo social, orientación, conserjes,
entre otros. Los sistemas administrativos se encargan de la supervisión
educativa, ya sea en instituciones públicas o privadas, es decir regula lo que
sucede en las escuelas y colegios, en nuestro país es el caso del Ministerio de
Educación Pública.
Ahora
bien, Abarca (2009,) afirma que
teniendo en cuenta el sistema de
enseñanza – aprendizaje de nuestros educandos, la UNESCO propone una serie de
sugerencias que se caracterizan como "los cuatro pilares de la
educación", por tanto propone un sistema de enseñanza/aprendizaje estructurado que podrá ser
exitoso, si se basa en un equilibrio entre los siguientes cuatro pilares:
a. Aprender a conocer: Consiste en
aprender a aprender, ejercitando la atención, la memoria y el pensamiento.
b. Aprender a hacer: Vinculado a
la formación profesional. El aprendizaje debe evolucionar, no quedarse en una
transmisión de prácticas más o menos rutinarias.
c. Aprender a vivir juntos:
Aprender a vivir y convivir con los demás. El fomentar la aptitud empática en
las escuelas, se torna necesario en la educación escolar, reservando tiempo
para proyectos cooperativos a fin de propiciar la participación en actividades
sociales.
d. Aprender a ser: La educación
debe contribuir al desarrollo global de cada persona: cuerpo y mente, inteligencia,
sensibilidad, sentido estético, responsabilidad individual, espiritualidad,
dotar de un pensamiento autónomo y crítico y de elaboración de un juicio
propio.
Para que
la aplicación de dichos pilares sea exitosa, Abarca (2009) afirma que “el
docente también debe tener muy presente los siguientes tres principios en el
proceso de enseñanza/aprendizaje”:
a. Garantizar, a través de
diferentes estrategias, que la información que circula en el aula y, fuera de
ella, sea precisa
b. Programar espacios para la ejercitación, no
de manera mecánica, sino, favoreciendo la reflexión, complejización y
profundización de la tarea según los ritmos de cada estudiante
c. Propiciar que los estudiantes piensen a
través de las re-preguntas, fomentando un papel activo de los mismos en la
construcción de sus aprendizajes (esto último genera una fuerte motivación en
los estudiantes, aspecto clave para aprender mejor).
Estas
afirmaciones, como bien lo describe Abarca (2009), “deberían ser hitos
que nos estimulen e impulsen a promover, desarrollar, ejecutar y evaluar
nuestros procesos educativos auténticos e integrales; pues sólo así lograremos
ser actores educativos, conociendo y viviendo quiénes somos y hacia dónde nos
dirigimos”.
Fuentes:
Abarca, R (2009) Reflexiones de profesionales
de la educación [Documento de PDF]
Consejo Escolar de Andalucía
(s.f.) La comunidad educativa. [Documento de PDF]
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